martes, 18 de octubre de 2011

RAMON BURGOS

Ramón era hijo de don Tito Ferreira y de doña Isidra Mosqueira.
Criado como todos sus hermano y hermanastros en una total humildad, siendo el río la principal fuente de ingresos, otorgados por una generosa pesca en aquellos tiempos, la caza, le leña de la cual no solo era comercializada como tal, sino también derivándola en carbón como otra alternativa.
Pero toda su vida en el río.
Allí lo conocí, en ese río Hum (denominación de nuestros charrúas) que tanto amamos y seguimos amando quienes a él tornamos siempre en busca de paz, descanso, pesca o un simple chapuzón.
Ramón practicamente muy poco venía al pueblo, por lo que nunca lo había visto por San Gregorio, hasta conocerlo allí, donde era su hábitat.
Corría 1980 y con mi hermano de la vida Artemio Conde, docente del liceo polaqueño, hoy jubilado como Director del mismo, decidimos pasarnos una semanita por el Arroyo Malo y en bote a remo partimos de San Gregorio acompañados de Inocente de los Santos (cuñado de Ramón) y Andrés su hijo.
La bajante del río ese año era muy grande y no pudimos ir mas allá de un lugar llamado Monte Verde que queda en donde desemboca el Malo con el Hum.
Allí estaba Ramón con su padre acampado esperándonos ya con un capibara muerto para degustarlo con nosotros.
La  "casa" en donde vivía Ramón, era una aripuca de troncos, tipo indio, atados con un tientode carpincho y rodeado de paja, juncos y ramas.
Ahí vivía. A pocos metros un horno de tierra hecho para quemar leña y hacer carbón que luego cambiaba en lugares cercanos por víveres (que no eran más que tabaco, vino y yerba).
Con Ramón aprendi a cazar carpinchos sin disparar un tiro.
Asombrado lo acompañé en varias oportunidades a cazar un carpincho a pedradas. Sí así como suena.
Su perro (que en el monte le faltaba hablar) iba por tierra, monte adentro hasta traer hacia el arroyo algún peloduro, que al caer al agua, solo un rastreador como Ramón podía "leer" en el zambullón del animal, para que lado agarraba por abajo del agua y remar desenfrenadamente hacia su lugar de palpite y al sacar la cabeza, le llovían dos o tres pedradas y así hacer zambullir hasta cansar el carpincho que luego sacaba la cabeza para respirar cada vez mas cerca del bote y de su afilada chuza que lo terminaba de liquidar. Sin un tiro, un carpincho en el fogón.
Como ésta, mil cosas aprendí con él. Rastreador como nadie y conocedor como pocos del monte (hablo del monte del Malo que tiene varias leguas de ancho y muchos kilometros de largo).
Setiembre de 1986.
Ramón acampaba en la boca del arroyo Sarandí, donde se junta con el Negro.
Hasta ahí llegó don Tito encontrando solo al campamento. Ni bote, ni perro, ni Ramón.
A escasos 500 metros de allí nos encontró remando río arriba en donde nos contó su preocupación al que en el fogón estaba su olla, su caldera, su mate, elementos todos que Ramón llevaría en caso de remar hasta Ramírez a llevar carbón o hasta cualquier otro lugar que le insumiera mas de un día de remada.
No estaba.
A la semana y media, apareció su cuerpo. A escasa cuadra y poco de su campamento.
Había sido fondeado con piedras en el lecho de su propio río, junto a su bote y su perro.
Su cabeza además de una bala calibre 22, presentaba un fuerte golpe con una pesa de hierro (de las utilizadas para "fondear"  espineles). Puñalada en el tórax.
Su cuerpo había sido atado a bolsas de plastillera rellenas de piedra para que se lo llevaran al fondo.
Las mismas se rompieron a los días, producto del roce con el fondo pétreo del río y la presión hacia arriba que efectuaba el cuerpo hinchado y descompuesto de Ramón...
Policías de La Paloma de Durazno lo buscaban y fueron quienes encontraron su cuerpo apenas visible entre los sarandices costeros, bajo una persistente lluvia de ese setiembre negro.
Miles de hipótesis.
En esos días fueron apresados por la policía de Tacuarembó 4 ciudadanos brasileños que en sendas camionetas, portaban en freezer acondicionado a tal fin, importante stockde mulitas, perdices y peces de todas las especies.
Era muy común en aquellos días que vinieran brasileros y depredaran vergonzosamente nuestra fauna.
Todos vimos y muy pocos hicieron algo.
Ramón lo hizo, cortó redes, robó trasmallos y espineles y quizás fuera este el principal motivo de la venganza brasilera.
También hay otras versiones. Que los pescadores, gente de río o simplemente "los boteros" no son bien vistos por estancieros.
Lo cierto es que, los brasileros que mencioné arriba recobraron su libertad y partieron a su tierra, sin su carga de presas, pero libres.
Hasta ahí no se sabía de la muerte de Ramón, ni que esas personas, por haber estado por esas horas en la zona (entrarona la estancia que les permitía el acceso hasta el río en la tarde, partiendo por la mañana siguiente).
Eran sospechosos. Solo que la policía se dio cuenta de dicha posibilidad, cuando esta gente hacia varios que estaba Brasil adentro.
Hoy sigue siendo un misterio y su muerte ha quedado impune para siempre.
Las dudas de todos siguen.
De sus amigos, de su familia.
Fueron esos brasileros?
Fueron otros, mandados por otros?
Quizás... Nadie lo determinará ya.
Lo único que queda ahora, es su recuerdo, cuando este próximo 21 de setiembre se cumplan 25 años de su impune muerte y el compromiso que jure cantando... "mientras  que no haya justicia, el que no calla soy yo..."

Agosto 2011. EL TIMON (Publicación del SUNTMA/ PIT-CNT

2 comentarios:

  1. Hola! Mi nombre es Micaela! Mi papá es hijo de Ramón!. Yo vivo en Montevideo, no conozco ninguno de mis familiares por parte de padre! Me gustaría saber más! Y saber algo, de mi abuelo nunca supe mucho, sólo la historia que tú pudiste contar! Gracias y saludos!

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  2. Quien canta la canción a ramon burgos?

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